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Ubicado en el corazón de la Dordoña, el Valle de los 1001 Castillos revela paisajes impresionantes. Entre colinas verdes y ríos sinuosos, cada rincón de esta joya del Périgord Blanc invita a evadirse.
Los majestuosos castillos, testigos de una rica historia, se alzan orgullosos y ofrecen panoramas encantadores.
Caminatas, paseos en canoa por la Dordoña, visitas a cuevas prehistóricas y mercados gastronómicos marcan los días de los visitantes.
Aquí, cada momento es una invitación al descubrimiento y a los sueños, en un ambiente agradable y auténtico que promete recuerdos duraderos.
Périgueux, capital del Périgord, es una ciudad de arte e historia con cautivadoras calles medievales.
Sus mercados coloridos, su Catedral de Saint-Front de estilo bizantino y sus vestigios galo-romanos dan testimonio de un rico pasado. Pasee por la isla, pruebe las especialidades del Périgord y empápese del ambiente cálido que reina aquí.
Périgueux seduce por su autenticidad y su patrimonio excepcional, ofreciendo una experiencia única a sus visitantes.
Bergerac, en el corazón del Périgord Pourpre, es una ciudad histórica famosa por sus viñedos y su auténtico encanto.
Pasear por sus calles empedradas, descubrir sus casas con entramado de madera y visitar el Museo del Tabaco.
Los cruceros por la Dordoña revelan paisajes bucólicos, mientras que las catas de vinos locales deleitan a los amantes del vino.
Bergerac combina patrimonio, naturaleza y gastronomía, ofreciendo una escapada inolvidable a los viajeros.
Explore los pueblos imperdibles del Périgord: Brantôme, apodada la “Venecia del Périgord”, seduce con su abadía y sus encantadores canales.
Villars, con sus cuevas prehistóricas y su castillo, es un tesoro histórico.
Neuvic-sur-l'Isle ofrece paisajes tranquilos y un castillo majestuoso.
Hautefort, con su impresionante castillo y sus jardines franceses, es una joya de arquitectura y serenidad.
Cada uno de estos pueblos promete una experiencia única e inolvidable.
El Périgord está lleno de tesoros imperdibles: Sarlat, una ciudad medieval con un encanto irresistible, seducida por sus calles estrechas y su animado mercado.
Les Eyzies, cuna de la prehistoria, fascina por sus yacimientos arqueológicos.
Las Cuevas de Lascaux, una obra maestra del arte rupestre, sorprenden a los visitantes. La Gruta de Tourtoirac, con espectaculares formaciones calizas, ofrece una inmersión mágica en las entrañas de la tierra.